TALENTOS PERDIDOS EN LA CALLE
OBJETIVO GENERAL: Sensibilizar,
informar y orientar a la comunidad involucrada dentro de la problemática de la
habitabilidad en la calle, mediante procesos lúdicos psicosociales con el fin
de facilitar la inclusión del habitante de calle con la localidad.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
Brindar
elementos básicos de convivencia al habitante de calle, mediante estrategias
lúdico pedagógico para mejorar la relación comunidad y habitante de calle.
Fortalecer a estudiantes
profesionales (psicólogos, trabajadores sociales y estudiantes relacionado con
lo social) en el manejo de temas para que complementen su labor, formándolos a
nivel de crecimiento personal y desarrollo integral. Contribuyendo
en el proceso de inclusión social.
Realizar un
acercamiento con las instituciones involucradas en la problemática de
habitabilidad en la calle, como estrategia de sensibilización para la inclusión
social.
Contribuir al
mejoramiento del programa de acercamiento al habitante de calle planteando
algunas propuestas a partir del acercamiento y contacto con el ciudadano que
habita en las calles.
INTRODUCCIÓN
Los ciudadanos que habitan en las calles
representan un grupo grande a nivel Bogotá, los cuales conforman un subgrupo
que comparte una cultura, una identidad y un estilo de vida común, que por sus
características son considerados diferentes a los demás. Esta población es
considerada erróneamente como disfuncional o marginal, por lo tanto este
escrito pretende desdibujar esa imagen que se ha elaborado entorno al ser
humano que habita en la calle sensibilizando a la comunidad y a los que habitan
en las calles, por medio de estrategias lúdicas que fomenten la interacción y
la convivencia ciudadana. Como promotor social pretendo la transformación
social en pro del beneficio colectivo, por lo tanto este proceso de
sensibilización parte de los ciudadanos que habitan en las calles, de acuerdo
con la problemática. Para abordar una comunidad se debe partir de la empatía y
el grado de acercamiento entre los actores para luego realizar un conocimiento
de la misma, descubriendo sus costumbres, lenguaje, estilo de vida entre otras.
En este caso, la lúdica se utilizó como una herramienta que facilitó el
acercamiento con los habitantes de calle y a su vez permitió consolidar
elementos que forman parte del gran concepto comunidad: interacción, cultura
común, pertenencia.
UN MUNDO MARGINADO Y ESCLUIDO POR LA SOCIEDAD
Muchos de nosotros juzgamos a personas por la
condición en que están sea porque viste mal o tiene cierto léxico no formal;
Pero así juzgamos y no nos autocriticamos a nosotros mismos. Pasa así con los
habitantes de calle, muchos los llamas indigentes entre otras terminaciones. La indigencia o exclusión social es un problema inseparable a la gran
ciudad. Bogotá no está exenta de esta situación cuenta con una población grande
de personas en estas condiciones de (indigencia, drogadicción, violencia etc.).
La población habitante de calle se
multiplica, nacen generaciones con las mismas carencias de sus padres, sin una
atención oportuna que les ofrezca otras opciones de vida.
Manejan el miedo o la solidaridad a su
antojo, al igual que las normas y leyes. La intimidación es uno de sus
argumentos, de Sus herramientas ya sea para lograr la solidaridad social o para
infundir temor en la ciudadanía. Esta problemática incluye a la comunidad
entera, la cual mantiene un concepto superficial e inhumano hacia el habitante
de la calle desconociendo las causas reales que conllevan a estas personas a
permanecer en esta situación y recaer en sus intentos fallidos de inclusión y
reeducación social. La existencia del habitante de calle en Bogotá es un
fenómeno que se remonta ya desde un largo tiempo. Zona donde Bogotá ah sido
unos de los lugares donde los habitantes de Calle se han ido reuniendo para
vivir.
El aumento de la población habitante de
calle, ha sido también del producto migratorio hacia Bogotá, Como consecuencia
de esto vemos involucrados a niños menores de edad o jóvenes que por no tener
otra alternativa se ven en la necesidad de derivar su sustento de otras
actividades, incluso delictivas.
En Bogotá esta problemática se ha
convertido en una de las de mayor importancia, debido a la cantidad de
violencia, desempleo y el consumo de sustancias psicoactivas. A demás del
crecimiento de migrantes atraídos por una oferta de mejor calidad de vida, de
empleo, que finalmente termina envolviéndolos en un círculo de vicios, hambre y
pobreza absoluta. Esta situación ha generado el desarrollo de sectores
suburbanos y marginales, carentes de los más elementales servicios sociales,
con altos índices de desempleo, es decir, grupos con graves dificultades
económicas que terminan viviendo en estado de indigencia y alta vulnerabilidad
social. Optando por hacer del espacio público su lugar de residencia,
convirtiéndose desde luego en habitante de calle.
Hay gran variedad de programas que apuntan
a la reinserción social de los habitantes de la calle, (instituciones, o
clínicas a partir de una postura religiosa).
Existen diferentes causas que propician la
habitabilidad en la calle, Causas socios estructurales: pobreza extrema,
violencia intrafamiliar, abandono, desintegración del núcleo familiar, abuso
sexual, migración del campo a la ciudad y desplazamiento.
Por razones personales: búsqueda de
espacio para lograr que el anhelo de libertad sea real y efectivo,
autodeterminación e inducción. Consumo de alcohol, drogas entre otros y por
razones culturales: la calle como opción de vida.
Esta problemática ha llevado a ser excluido
socialmente al habitante de calle, llevándolo a construir su propia identidad,
a configurar un grupo social por fuera del resto de la comunidad dentro de la
cual carecen de identidad, presentando problemas de comportamiento que denotan
un proceso de autodestrucción. Así mismo, dentro de los estilos de vida del
habitante de la calle, se han generado inconvenientes de convivencia ciudadana,
propiciando un mercado ilegal de expendio y consumo de droga, protagonizando
episodios que aumentan el índice de violencia e inseguridad de Bogotá.
Hay espacios que pretenden abordar los
siguientes ejes; Convivencia e integración social, la interacción y las
emociones y Cultura ciudadana (lúdica, arte, deporte y formación).
Estos ejes se desarrollarán a través de
estrategias lúdicas que garanticen un mayor y eficaz aprendizaje por parte del
habitante de calle. Ahora bien, la efectividad y resultados de estas
estrategias se reflejan por un tiempo algunas si ponen de parte de ellos otros
prefieren la calle.
Es indispensable conocer algunas
definiciones, características y conceptos referentes a la habitabilidad en la
calle, para luego continuar con un análisis del aspecto lúdico y su apoyo en la
inclusión, todo con el único fin de trabajar hacia la construcción de la
convivencia en comunidad.
La Habitabilidad
en la Calle es un fenómeno producido entre otros, por la marginalidad social,
debido a la falta de oportunidades y que el problema de la drogadicción pesa en
el proceso de asentamiento de las personas en la vida en calle.
Las personas que
viven en la calle, son excluidas socialmente, entendiendo exclusión que
significa echar a una persona o cosa fuera de un sistema cerrado o fuera del
lugar que ocupa.
A
este sector de la población cada quien lo llama a su manera de
acuerdo con el grado de conocimiento y acercamiento que tenga quien los
observa. Para algunos son: gamines, ñeros, caminantes, desechables,
drogadictos, mendigos, indigentes y habitantes de la calle.
un estilo de vida que opera dentro de su
hábitat.
Los habitantes de calle son una realidad
cultural, una subcultura de nuestra desarticulada sociedad, en la cual tienen
sus propias leyes, tradiciones, costumbres y una lógica de vida. Son nómadas
dentro de la jungla de cemento, se desplazan y ubican en cualquier parte de la
ciudad. ¨ Se organizan por parches o grupos ubicados en un lugar específico,
compartiendo una identidad, normas y ciertos objetivos de grupo ¨.
Se desplazan por los principales
corredores viales, practicando la mendicidad, trabajos informales como cuidar
carros, limpiar vidrios, cargar y descargar mercancías, consumo de droga, el
atraco y el hurto calificado.
El problema de la indigencia en Colombia,
ha aumentado considerablemente como consecuencia de factores económicos y
sociales que atraviesa hoy la Sociedad. Entre ellos se puede señalar la
violencia intrafamiliar, el conflicto armado, el desplazamiento, el desempleo y
la dependencia de sustancias psicoactivas. De tal manera, se conforman grupos
marginados que buscan sobre vivir sin importar los medios utilizados para satisfacer
sus necesidades. Es en este contexto donde la sociedad y la comunidad misma se
ve afectada por las acciones empleadas por los habitantes de calle para lograr
su sobre vivencia (el hurto, la limosna, entre otros).
Su cotidianidad se desgasta en un rebusque
sin descanso dedicándose a actividades como pedir limosna o ¨hacer moneda¨ La
marginalidad y la exclusión social impelen formas de comunicación que se
convierten en factores de identidad grupal y de sentido de pertenencia, así
como de generación de confianza y de defensa frente a la presencia de amenazas
o enemigos externos. El rasgo más particular de este comportamiento es la
existencia de una jerga especializada (un completo repertorio léxico) y de
algunos gestos utilizados dentro del ámbito de la calle.
La población habitante de calle en Bogotá,
barrios y localidades se encuentra en una alto nivel de crecimiento y
vulnerabilidad social debido a su condición frente a una serie de riesgos y por
otro lado a un bajo nivel de activos y control sobre sus recursos, por lo
tanto, esta población lo que hace es buscar generar ingresos e insumos útiles y
vitales de la manera más rápida posible, en este caso haciendo presión sobre
sentimientos de solidaridad y caridad de los demás o buscando aquello que necesitan
en lugares donde se lo puedan llevar con o sin permiso.
Uno de los inconvenientes al abordar la
temática de habitabilidad en calle, es considerar aislados a los ciudadanos que
se encuentran en estas circunstancias. Como la
población que habita en la calle, la cual es catalogada como
disfuncional social, económica y políticamente hablando, pero al igual que
los subgrupos nombrados anteriormente, los ciudadanos que habitan en la calle,
en su estado y estilo de vida ya forman parte de un sistema social, económico y
político. En lo social se refiere al lugar público donde conviven y las
relaciones que han conformado, en lo económico, representan un valor para el
estado y en lo político se relaciona con la identidad de ser humano con
derechos y deber capaz de asumir decisiones en beneficio de lo propio y del
colectivo.
Los acercamientos y contactos a los habitantes de calle deben motivar
a un trabajo más allá, de tal manera que promueva otras actividades que pueden
ser de interés para el habitante de calle. Ocultar una problemática es ilógico
y no brinda ninguna solución, por ello se debe intentar impulsar otras
actividades en el ciudadano que habita en la calle, logrando que ocupe su
tiempo y se dedique a labores que contribuyen a la disminución del consumo. Por
lo tanto, la labor asistencial puede ser gancho de entrada, pero a partir de
ella se deben gestar estas actividades, como las descritas a lo largo del
proyecto y que pueden ser replicadas pero en macro y con suficientes recursos
disponibles. Así mismo, se debe comprender que un ser humano que ha vívido en
ciertas condiciones durante décadas construye un modo de vivencia particular,
lo cual conforma la cultura de vida en la calle, de tal manera que se debe
comprender su estilo de vida y permitir lugares que minimicen el consumo
mediante la buena utilización del tiempo libre de los que habitan en las
calles.
Todos somos seres humanos y por tal motivo
merecemos ser tratados por igual. Sí una de las peticiones de los ciudadanos
habitantes de calle es la falta de empleo, la falta de ser tenidos en cuenta,
se debería empezar con la organización de este sector el cual recicla y es la
actividad común, el cual tiene conocimiento de más tareas manuales que pueden
ser utiles hacia la construcción y adecuación de estos lugares lúdicos de
esparcimiento.
CONCLUSIONES
Si se pretende la inclusión social
por parte del habitante de calle se debe conocer su cultura, sus necesidades,
su motivación y concebirlos como seres humanos que han constituido un estilo de
vida diferente dado por el contexto donde conviven.
.
La generación de pertenencia, de
interacción, de participación en los habitantes de calle puede ser la
motivación hacia la inclusión.
El trabajo comunitario implica empatía,
entrega, sensibilidad y ante todo la capacidad del gestor comunitario de
realizar un dialogo permanente entre la teoría y la praxis, evitando caer en un
activismo, en un rol de especialista que deja de lado la práctica o en un
abordaje donde asume a la comunidad como la que siempre tiene la razón,
perdiendo su sentido teórico, metodológico y observador que caracteriza al buen
psicólogo comunitario.
La modalidad de Servicio social, realmente
permite la combinación de lo teórico y lo práctico, por lo tanto es una
herramienta que facilitará al futuro egresado consolidar competencias y
habilidades que durante la carrera no ha experimentado y que desde luego le
pueden abrir puertas frente a la proyección social que tanto se necesita ahora
en la única comunidad de la cual todos somos parte y a veces lo olvidamos,
COLOMBIA.
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