sábado, 5 de mayo de 2012

¿CORDILLERA O RUINAS?


¿CORDILLERA O RUINAS?

Bogotá, es una ciudad rodeada por cordilleras, llenas de reservas naturales y diversidad de especies animales, que antes de ser repoblada disfrutábamos de un ambiente sano, sin tanta contaminación y muchos menos sin riesgos de pensar que en cualquier momento se puede derrumbar esta castillo de tierra y roca, que se disfraza de verde con la flora y la fauna que la compone. Lamentablemente el paso de los años no ha sido para bien y estos lugares que antes eran hermosos se han convertido en espacios construidos por el hombre con grandes edificios y urbanizaciones que han arrasando con los recursos naturales, que la componían en su momento,  las cordilleras hace muchos años eran lugares vírgenes, el hábitat ideal de muchos animales de la zona, lamentablemente en la actualidad se ha convertido en grandes urbanizaciones construidas para dar un techo a las personas desplazadas o víctimas de violencia o el conflicto armado.  

Así eran las montañas que rodean nuestra ciudad.


Teniendo en cuenta esta reflexión vemos como un lugar de bienestar para la conservación del ecosistema que rodea la ciudad, esa siendo destruido por el hombre, de manera tan insensata y cruel que no se piensa en el mal que le está ocasionando al medio ambiente de la ciudad, creando construcciones y talando árboles para construir casas de vivienda familiar a para personas de bajos recursos y desplazadas.

                                                      Bonito lugar para vivir.                                                    
No debería llamarse vivienda social, sino tala un árbol y construye un casa, así se ha ido destruyendo el sostenimiento y la estabilidad que tienen las montañas, en la ciudad y en todo el territorio del país.
La mayor problemática radica en que en estos lugares de alto riesgo por posibles deslizamientos no son lugar para que familias de bajos recursos adquieran viviendas en lugares inestables para desarrollar su proyecto de vida junto con su familia generandoles bienestar y tranquilidad. Todas estas familias ha llegado a la ciudad con el sueño de tener un techo digno para sus hijos, a pesar de soportar los rigores de la sociedad capitalista se ven expuestos a humillaciones  y rechazos para poder obtener algo tan anhelado como lo es un techo propio. Pero como en este mundo nada es completo porque siempre existe un pero, ya sea por su situación económica o por la inclemencia del invierno, clima que por estos días azota la ciudad, arrasando con los hogares de familias vulnerables que habitan en las montañas y sus alrededores.
Pero quien se dedica a pensar en estas problemáticas, si en esa ciudad lo importante es recibir afluencia de población para así recibir más impuestos, y dinero que pueda sostener los proyectos de vivienda familiar que se crean con el aval del gobierno para el “bienestar” de la comunidad que hace parte de la sociedad capital.
En este caso no es exactamente el gobierno quien ha hecho la función de desalojar a estas familias de sus hogares, por falta de oportunidades,  esta vez es el crudo invierno que se ensaño con nuestra ciudad y que nos afecta al 100%, en especial en zonas altas como lo es Ciudad Bolívar, Usme, San Cristóbal entre otras, que están en alto riesgo por posibles deslizamientos.
Qué tristeza darse cuenta que el sacrificio de los demás por obtener un techo digno no es más que un carro blindado o un puesto en el senado, porque todo en esta ciudad se rige por el poder económico y no por el bienestar de las personas.
Las compañeras tienen razón en mucho, pues no es fácil encontrar un lugar estable en esta ciudad para vivir tranquilo y disfrutar de un techo digno y sano  libre de todo peligro o vulneración hacia la comunidad que los habita.

Adriana Carrión

Nocturno.

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