Al inicio nunca me imaginé que toda
esa introducción fuera a desembocar en tan fuerte y grave problema. Esa manera sarcástica con que es
contada hace que cada una de las partes que compone el documental al final se
convierta en indignación hacia lo que están viviendo las personas en la Isla de
las flores. Ser tratados como animales, comer los desechos de los cerdos me da
mucha tristeza saber que es una triste realidad y que lamentable mente no
podamos hacer nada.
Por Paola Perez Gutierrez
Promoción Social Diurno Grupo 3B
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