Como
han venido mostrando los medios de comunicación últimamente, han venido
ocurriendo violaciones y han ocurrido muertes de personas inocentes en
cualquier parte del país en donde nadie da razón de nadie y en donde el
gobierno, solo se pronuncia con palabreríos y discursos baratos, dándole la
culpa de todo a las BACRIM o a cualquier otro grupo de personas
“revolucionarias”, las cuales hacen parte del país.
Desaparición forzada o también, desaparición
involuntaria de personas, es el término jurídico que designa a un tipo de delito
complejo que supone la violación de múltiples derechos humanos y que, cometido en determinadas
circunstancias, constituye también un crimen de lesa humanidad,1 siendo sus víctimas conocidas
comúnmente como desaparecidos o
también, particularmente en América Latina,
como detenidos desaparecidos (DD.DD.).
El crimen de desaparición
forzada, definido en textos internacionales y la legislación penal
de varios países, está caracterizado por la privación de la libertad de una persona por parte de agentes
del Estado o grupos o individuos que actúan con
su apoyo, seguida de la negativa a reconocer dicha privación o su suerte, con
el fin de sustraerla de la protección de la ley. El asesinato de la
persona víctima de desaparición forzada, frecuentemente tras un cautiverio con torturas en un paradero oculto, pretende
favorecer deliberadamente la impunidad de los responsables, que actúan con el
fin de intimidar o aterrorizar a
la comunidad o colectivo social al que pertenece la persona. Los efectos de la
desaparición forzada perduran hasta que no se resuelve la suerte o paradero de
las personas, prolongando y amplificando el sufrimiento que se causa a
familiares o allegados. Estos últimos, y especialmente, por su vulnerabilidad,
los niños que puedan ser sustraídos de padres afectados, son considerados
también víctimas de este crimen.
El
impulso para el reconocimiento de este crimen en la jurisprudencia
internacional tuvo lugar desde el último cuarto del siglo
XX a raíz de la multiplicación de los casos de
desparecidos en América
Latina y gracias a la
movilización de sectores de la opinión pública y de la sociedad civil, y en
particular por la iniciativa de organizaciones no gubernamentales que surgieron
primero en estos países y luego, en muchos otros del mundo, especializándose en
su denuncia y concienciación.
martina cadena
daniela lopez
promocion social 3A
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